El puerto de Hamburgo es un referente
famoso de la ciudad hanseática, así como su puerta de entrada para el mundo.
También es el hogar de Blohm+Voss, que ha sido piedra angular de Hamburgo desde
su fundación en 1877. La empresa ha moldeado la apariencia de los muelles al
sur del túnel Elbe de St. Pauli y lo sigue haciendo hoy en día, desde edificios
administrativos admirables y enormes grúas, hasta talleres gigantes y muelles,
que a menudo alojan los buques de carga y pasajeros más grandes del mundo.
En 2016, Lürssen, un negocio familiar de
Bremen, asumió el control de Blohm+Voss, que actualmente emplea a más de 600
personas. La empresa no solo se especializa en la construcción naval, sino que
también lleva a cabo la reparación, reacondicionamiento y mantenimiento de todo
tipo de embarcaciones, desde yates y barcos mercantes, hasta enormes cruceros
internacionales. „Cada año, nuestros muelles reciben entre 25 y 30
embarcaciones“, explica Herbert Lembcke, ingeniero de soldadura de Blohm+Voss.
El
tiempo en el muelle cuesta dinero
El muelle más grande tiene alrededor de 350
metros de longitud, así que es lo suficientemente grande para recibir a los
cruceros que llegan para mantenimiento y reparaciones: "La presión del
tiempo es especialmente alta", describe Lembcke. "Cada día que una
embarcación pasa en tierra firme le cuesta al propietario una enorme cantidad
de dinero. Los yates pueden quedarse anclados por más tiempo, pero, a menudo,
los cruceros deben volver a navegar en unos cuantos días“. Por lo tanto, las
operaciones en el astillero se planifican meticulosamente.
La soldadura es una parte esencial de la
reparación de una embarcación, así que los soldadores tienen a su disposición
alrededor de 700 fuentes de poder distintas: "Trabajamos con aplicaciones
de acero principalmente, pero también con aluminio y otros metales en todos los
espesores de material“, explica Lembcke. "La mayoría del trabajo se
realiza manualmente, ya que los procedimientos a menudo son demasiado
especializados para que la automatización valga la pena“.
Verificación
estricta de los procesos de soldadura
La soldadura con alambre tubular es con
mucha diferencia el proceso de soldadura más común en Blohm+Voss, pero los
expertos en construcción naval también utilizan soldadura TIG, de arco voltaico
sumergido y electrodo. "La solidez de la unión siempre es el factor más
importante“, resalta Lembcke. "Es esencial que los cordones de soldadura
sean gruesos y puedan mantenerse. Todo lo demás es secundario“. Ya que la
seguridad de la tripulación y los pasajeros es de suma importancia en los
barcos, todo el trabajo se verifica rigurosamente. En el caso de los cordones
de soldadura en secciones sumergidas del casco exterior, estas verificaciones
se realizan parcialmente con la ayuda de herramientas de ultrasonido y de
vacío. "También somos responsables de la verificación básica de los
equipos y procesos utilizados; las certificaciones de soldadura y el astillero
completo se auditan cada tres años“, explica el ingeniero de soldadura.
El trabajo en tanques,
construcciones de soporte, accesorios interiores, timones y hélices también
es común, lo que presenta los retos de soldadura más diversos: "A veces,
estos implican unir materiales muy gruesos de hasta 100 milímetros o más“,
explica Lembcke. "Además, frecuentemente nos encontramos con espacios
limitados y altas temperaturas. A veces, nuestros empleados también deben
soldar en condiciones difíciles“. Para evitar la exposición a los humos de
soldadura, los soldadores utilizan cascos con un sistema de filtración de aire
incorporado. "Además de eso, debemos lidiar con estrictas presiones de
tiempo. Por este motivo, necesitamos sistemas de soldadura que sean eficaces,
seguros y libres de errores“.